
Este vocablo viene directamente del lat. pater, patris = padre, fundador, padre de la patria, etc. En el sentido que le damos en este art., nos referimos a los llamados Padres de la Iglesia o Santos Padres, insinuando así que «engendraron», por medio de su «santidad literaria», a las generaciones posteriores de creyentes. La Iglesia de Roma hace así una diferencia fundamental entre los Santos Padres y el Padre Santo, forma correcta de designar al papa, el cual no «engendra con su santidad», sino que «santifica con su paternidad», lo cual es posible en la Iglesia de Roma, aun en los papas más indignos, puesto que no santifican en cuanto hombres, sino en cuanto representantes ministeriales de Cristo.
(1) Filosofía patrística. Es el conjunto de ideas filosóficas que influyeron en la exposición del pensamiento de los primeros escritores eclesiásticos que designamos con el apelativo de «Padres de la Iglesia». Esta filosofía no constituye una unidad sistemática. En realidad, el cristianismo no tenía al principio ninguna necesidad de filosofar para sostener la fe evangélica. Fueron los filósofos convertidos los que dieron los primeros pasos en forma de apologías cuando trataban de presentar el evangelio a los gobernantes y a las clases educadas de su tiempo. Estos escritores tuvieron que oponerse al politeísmo pagano, al escepticismo de los epicúreos, al gnosticismo de los «iniciados», etc. Los escritores eclesiásticos tuvieron que emplear armas diferentes para atacar errores también diferentes. P. ej. contra el escepticismo de los epicúreos, echaron mano del estoicismo, del platonismo y, especialmente, del neoplatonismo. En cambio, contra el gnosticismo tuvieron que oponer a la «falsa gnosis», la «verdadera gnosis» (Clemente de Alejandría), combinación cuidadosa del pensamiento filosófico griego con la tradición cristiana ortodoxa. A través de Agustín de Hipona, esta filosofía patrística pasó a la escolástica medieval, con sus virtudes y sus defectos. Sin embargo, el filósofo más insigne de la antigüedad pagana, que tanta influencia había de tener sobre la escolástica medieval, Aristóteles, tuvo muy poca influencia sobre la patrística, dominada por el pensamiento platónico o neoplatónico.
(2) Teología patrística. Es la que se funda principalmente en la confesión básica de Jesucristo como «el Señor» (cf. 1 Co. 12:3; Fil. 2:11). Esta teología usó como arma principal las Sagradas Escrituras, especialmente el NT. Es cierto que, tanto en los debates trinitarios (p. ej. en Nicea) y cristológicos (p. ej. en Calcedonia), así como en los antropológicos (controversia pelagiana) y eclesiológicos (controversia donatista), los Padres de la Iglesia tuvieron que echar mano de un vocabulario metafísico heredado de la filosofía griega: esencia, naturaleza, sustancia, persona, hipóstasis, etc. Pero en la tensión resultante de ajustar los conceptos filosóficos a la teología, el árbitro era siempre la Palabra de Dios, si bien en esto la escuela de Antioquía llevaba ventaja por su interpretación literal de la Biblia (p. ej. en Juan Crisóstomo), frente a la interpretación alegórica de la escuela de Alejandría (p. ej. en Orígenes). Que no siempre la discusión teológica patrística se mantuvo dentro de los precisos límites que impone la Palabra de Dios, se mostró posteriormente con el indebido auge del monasticismo y de la mariología.
lat. latín
FUENTE: Francisco Lacueva, Diccionario teológico ilustrado (Tarrasa, Barcelona: Clie, 2001), 470.