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EL ALMA

En el contexto bíblico adventista, el concepto de «alma» se entiende de manera distinta a las concepciones tradicionales de muchas corrientes del cristianismo histórico, como el catolicismo o parte del protestantismo evangélico. Mientras que muchas tradiciones entienden el alma como una entidad inmaterial, inmortal y separable del cuerpo, la perspectiva adventista, basada en una interpretación holística de la antropología bíblica, considera que el alma no es una parte del ser humano, sino el ser humano mismo como una unidad viviente.

A continuación te presento una explicación detallada y teológicamente estructurada:


“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un alma viviente.”

Este texto es clave para la comprensión adventista. No dice que el hombre tiene un alma, sino que es un alma viviente (nephesh1 chayyah en hebreo).

  • Polvo (ʿāpār,2 cuerpo físico) + Aliento de vida (ruaj)3 = Alma viviente (nephesh)

Por lo tanto:

Alma = Persona viva, ser viviente, ser completo.


En hebreo y griego, los términos usados no implican una entidad inmaterial e inmortal:

  • Nephesh (נֶפֶשׁ): significa vida, ser viviente, persona, apetito, deseo.
    • Ejemplo: “El alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:4)
  • Psychē (ψυχή): significa vida, existencia, persona.
    • Ejemplo: “Quien quiera salvar su alma (vida) la perderá…” (Mateo 16:25)

Importante: En contextos bíblicos, «alma» y «vida» suelen ser sinónimos. No aparece nunca como un ente consciente que sobrevive a la muerte.


La teología adventista enseña que la muerte es un estado de inconsciencia total, sin conciencia, ni actividad del alma. Cuando el cuerpo muere, el alma deja de existir como ser consciente, y el aliento de vida regresa a Dios (Eclesiastés 12:7), pero no como una persona consciente.

“Los muertos nada saben” (Eclesiastés 9:5)
“No alaban los muertos a Jehová” (Salmo 115:17)

El alma no es inmortal por naturaleza. La inmortalidad es un don que Dios dará solo a los redimidos en la resurrección (1 Corintios 15:51–54).


Para los adventistas, la esperanza no está en que el alma suba al cielo al morir, sino en la resurrección de los muertos al regreso de Cristo (1 Tesalonicenses 4:13–18).

  • El alma no sobrevive separadamente del cuerpo.
  • La persona entera es resucitada en cuerpo nuevo.
  • La inmortalidad es un regalo de Dios, no algo innato.

  • Defensa contra el espiritismo: Creer que los muertos están conscientes abre la puerta al engaño espiritual (1 Samuel 28; Apocalipsis 16:14).
  • Valor de la vida presente: Dado que no hay conciencia en la muerte, se enfatiza vivir con propósito y preparación hoy.
  • Ética del cuerpo: Al entender que el ser humano es una unidad, no dualidad, se cuida integralmente: cuerpo, mente y espíritu.

Desde la cosmovisión adventista bíblica, el ser humano no está compuesto de “cuerpo + alma separable”, sino que el ser humano es un alma viviente. La «alma» no es un ente inmortal que sobrevive a la muerte; la vida humana es condicional, y la inmortalidad es un regalo futuro que se otorgará a los salvos en la resurrección.


(1) El hebr. néfesh (1a vez en Gn. 2:7) significa alma, pero tambien. vida y persona (Francisco Lacueva, Diccionario teológico ilustrado (Tarrasa, Barcelona: Clie, 2001), 42)

(2) ʿThe Lexham Analytical Lexicon of the Hebrew Bible (Bellingham, WA: Lexham Press, 2017).

(3) Ibid.

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