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EL MILENIO: CINCO FORMAS DE INTERPRETACIÓN

El término se refiere al período de 1.000 años mencionado en Apocalipsis 20:2–7. Aunque el término “milenarismo” ha llegado a usarse mucho más indefinidamente, en este artículo estamos tratando de la creencia en el milenio en un sentido estricto, refiriéndose a interpretaciones del milenio de Apocalipsis 20. Generalmente se distinguen tres conceptos principales del milenio (premilenarismo, postmilenarismo y amilenarismo), pero estos conceptos como han surgido en la historia del cristianismo pueden entenderse mejor como cinco tradiciones de interpretación.

1. Premilenarismo en la iglesia primitiva
Muchos de los Padres primitivos, incluyendo a Papias (c. 60–c. 130), Justino (c. 100–c. 165), Ireneo,* Tertuliano,* Victorino de Pettau (m.c. 304) y Lactancio (c. 240–c. 320) fueron premilenaristas, i.e. esperaban la venida personal de Cristo en gloria para inaugurar un reino milenario en la tierra antes del juicio* final. Esta creencia fue no sólo una interpretación de Apocalipsis 20, sino también una continuación de la expectación apocalíptica judía de un reino mesiánico interino. Esta estructura basada en Apocalipsis 20 estaba llena de contenido derivado de la apocalíptica judía y especialmente de las profecías del AT, con el resultado de que el milenio se interpretaba principalmente como una restauración del paraíso. En medio de la fecundidad abundante de la tierra renovada y la paz entre los animales, los santos resucitados gozarían de 1.000 años de vida paradisíaca en la tierra, antes de ser trasladados a vida eterna en el cielo. Se explicaban los 1.000 años o como la duración originalmente destinada para la vida humana en la tierra, o como el descanso sabático del mundo después de una “semana” de 7.000 años de historia. Fue la naturaleza materialista de este milenarismo que la hizo objetable a otros de los Padres, incluyendo a Agustín,* cuyo rechazo de él tuvo tanta influencia que virtualmente lo hizo desaparecer hasta el siglo XVII.

2. Amilenarismo agustiniano
La interpretación de Apocalipsis 20 que prevaleció durante la mayor parte del período medieval y siguió siendo influyente hasta el presente fue iniciada por el donatista del siglo IV, Ticonio, cuyas ideas fueron adoptadas por Agustín. De acuerdo con este concepto, el reino milenario de Cristo es la edad de la iglesia, desde la resurrección de Cristo hasta su segunda venida. Agustín interpretó el número 1.000 como simbólico, no la verdadera duración del tiempo. Frecuentemente se llama a esta interpretación de Apocalipsis 20 amilenarista, porque rechaza la creencia en un milenio futuro. En lugar del reino terrenal esperado por los milenaristas, substituyó un doble énfasis sobre el reino presente de Cristo y la esperanza escatológica del otro mundo.

Los reformadores protestantes adoptaron una forma modificada de este concepto. Consideraron que el milenio era un período real de 1.000 años en el pasado (fechados de diferentes maneras), durante los cuales el evangelio floreció. La liberación de Satanás al final de este período (Apoc. 20:7) señaló el surgimiento del papado* medieval. Para el futuro, los reformadores esperaban la venida inminente de Cristo, conduciendo inmediatamente al juicio final y la disolución de este mundo.

3. Joaquinismo y el postmilenarismo protestante
Las ideas de Joaquín,* un abad del siglo XII, inspiraron una nueva forma de expectación escatológica, que durante el final de la Edad Media y el siglo XVI fue la principal alternativa al concepto agustiniano. Antes del final de la historia habría una edad del Espíritu, un período de prosperidad espiritual y paz para la iglesia en la tierra, que se identificaba con el milenio de Apocalipsis 20, aunque no se derivaba principalmente de ese texto. Esta expectación puede llamarse postmilenarismo, ya que sostenía que el milenio sería inaugurado por una intervención espiritual de Cristo en el poder de su Espíritu, no por su advenimiento corporal, que seguiría al milenio.

El joaquinismo apelaba a algunos de los primeros protestantes, quienes vieron en el éxito del evangelio de la Reforma el alba de una nueva edad de prosperidad para la iglesia. La influencia joaquinista, el optimismo protestante respecto a las tendencias de la historia y la exégesis de Apocalipsis se combinaron para producir el postmilenarismo protestante, cuyo primer proponente de influencia fue Thomas Brightman (1562–1607) y que floreció primeramente en el siglo XVII. Según este concepto, el milenio vendría gracias a la predicación del evangelio habilitada por el Espíritu, resultando en la conversión del mundo y el reino espiritual de Cristo en todo el mundo por medio del evangelio.

El siglo XVIII fue la gran época del postmilenarismo, que desempeñó un papel clave en el desarrollo del pensamiento misionero. Se conceptuaban los avivamientos como los primeros murmullos del movimiento de conversión que inundaría al mundo, y un concepto que asignaba a la actividad humana un papel significativo en el propósito que Dios tenía de establecer su reino constituyó un estímulo principal para la actividad misionera. Pero, en el siglo XIX, la expectación postmilenaria se aproximaba cada vez más a la doctrina secular del progreso* y fue absorbida por la identificación que la teología liberal* hacía del reino de Dios* con el mejoramiento moral y social. El decaimiento moderno del postmilenarismo coincide con la pérdida de credibilidad cristiana que han sufrido las doctrinas del progreso.

4. Premilenarismo protestante
El premilenarismo protestante se originó hacia principios del siglo XVII, especialmente bajo la influencia de Joseph Mede (1586–1638). Se distingue del postmilenarismo en que espera que el advenimiento personal de Cristo y la resurrección corporal de los santos precederán al milenio, y por lo tanto tiende a hacer énfasis en la discontinuidad entre el tiempo presente y la edad milenaria más de lo que hace el postmilenarismo. Disfrutó de un avivamiento de gran alcance en Inglaterra en la década de 1820, del que se derivan sus formas modernas. Mientras que el postmilenarismo prosperó observando señales prometedoras del mileno que se aproximaba, el premilenarismo cobró popularidad en círculos cuyo concepto de la situación actual era profundamente persimista. No era la influencia de la iglesia, sino únicamente la intervención personal de Cristo que podía establecer su reino en la tierra.

Los premileranistas han sostenido muchos puntos de vista respecto al carácter del reino premilenario, pero el premilenarismo del siglo XIX tendía hacia una interpretación literal de la profecía, incluyendo las profecías del AT que se aplicaban al milenio. Esta tendencia alcanzó su forma extrema en la teología dispensacionalista* iniciada por J. N. Darby,* en que un “rapto secreto” de la iglesia, anterior a la venida de Cristo, ha de traer fin a la edad de la iglesia, en tanto que el milenio funciona como el tiempo para el cumplimiento de las profecías hechas para Israel en el AT.

5. Amilenarismo simbólico
Muchos de los defensores de los puntos de vista 2, 3 y 4 arriba han considerado que el número 1.000 en Apocalipsis 20 es un número simbólico, pero aun así han interpretado el milenio como un período de tiempo. Un concepto que a veces se encuentra en tiempos modernos considera que el milenio es un símbolo, no de un período literal, sino de la realización completa del reino de Dios y su victoria total sobre el mal en la segunda venida.

Los diferentes puntos de vista se basan en parte, por supuesto, sobre los detalles debatidos de exégesis, pero en un sentido más amplio representan diferentes actitudes hacia la relación entre el reino de Cristo y la historia de este mundo. En todas sus formas, la creencia milenaria representa, en oposición a una escatología totalmente del otro mundo, la convicción de que parte del propósito de Dios es la realización de su reino en este mundo.

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FUENTE: R. J. Bauckham, «MILENIO», ed. Sinclair B. Ferguson, David F. Wright, y J. I. Packer, trans. Hiram Duffer, Nuevo diccionario de Teología (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 2005), 624–626.

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