CONCEPTO 1:
La doctrina de la Trinidad nos resulta difícil y confusa. A veces hasta se ha pensado que el cristianismo enseña la noción absurda de que 1+1+1=1. Resulta claro que esta es una ecuación falsa. El término Trinidad describe una relación de un Dios que es tres personas, y no una relación entre tres dioses. La Trinidad no significa un triteísmo, es decir, que hay tres seres que en su conjunto conforman un Dios. La palabra Trinidad se utiliza como un esfuerzo para definir la plenitud de la Deidad en términos de su unidad y su diversidad.
La formulación histórica de la Trinidad es que Dios es uno en esencia y tres en persona. Aunque esta fórmula es misteriosa y paradójica, no conlleva de modo alguno una contradicción. Con respecto a la esencia o el ser, se afirma la unidad de la Deidad; con respecto a la persona, se expresa la diversidad de la Deidad.
Si bien el término Trinidad no se encuentra en la Biblia, el concepto aparece en ella con claridad. Por un lado la Biblia declara de manera contundente la unidad de Dios (Deuteronomio 6:4). Por otro lado, la Biblia declara con claridad el carácter plenamente divino de las tres personas de la Deidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La iglesia ha rechazado las herejías del modalismo y el triteísmo. El modalismo niega la diferencia que existe entre las personas de la Deidad, afirmando que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son distintas maneras en que Dios se expresa a sí mismo. El triteísmo, por otro lado, falsamente afirma que existen tres seres que juntos constituyen a Dios.
El término persona no significa una diferencia en esencia sino una subsistencia diferente en la Deidad. Una subsistencia en la Deidad constituye una diferencia real pero no es una diferencia esencial, en cuanto a una diferencia en el ser. Cada persona subsiste o existe “bajo” la pura esencia de lo divino. La subsistencia es una diferencia dentro del mismo ser, no un ser o una esencia separada. Todas las personas de la Deidad comparten todos los atributos divinos.
También hay una diferencia en la función desarrollada por cada miembro de la Trinidad. El trabajo de la salvación es en cierto sentido compartido por las tres personas de la Trinidad. Sin embargo, con respecto a la manera de actuar, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo operan de distinta forma. El Padre es quien inicia la creación y la redención; el Hijo es quien redime a la creación; y el Espíritu Santo regenera y santifica, operando la redención en los creyentes.
La Trinidad no se refiere a las partes de Dios, ni siquiera a los roles. Las analogías humanas, como las de un hombre que es un padre, un hijo y un esposo, son insuficientes para reflejar el misterio de la naturaleza de Dios.
La doctrina de la Trinidad no explica completamente el carácter misterioso de Dios. En realidad lo que hace es fijar los límites que no debemos trasponer. Define los límites de nuestra reflexión finita. Nos ordena ser fieles a la revelación bíblica de que Dios es uno en un sentido y tres en otro sentido.
Resumen
- La doctrina de la Trinidad afirma la triple unidad de Dios.
- La doctrina de la Trinidad no es una contradicción: Dios es uno en esencia y tres en persona.
- La Biblia declara tanto la unicidad de Dios como el carácter divino del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
- La Trinidad se distingue por la obra asumida por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
- La doctrina de la Trinidad fija los límites de la especulación humana con respecto a la naturaleza de Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Deuteronomio 6:4
Mateo 3:16–17
Mateo 28:19
2 Corintios 13:14
1 Pedro 1:2
FUENTE BIBLIOGRÁFICA: R.C. Sproul, Las grandes doctrinas de la Biblia (Miami, FL: Editorial Unilit, 1996), 37–38.
CONCEPTO 2:
—[Del gr. trias, tres; del lat. trinitatem, grupo de tres personas] Doctrina según la cual la divinidad, aunque una en su esencia, subsiste en las personas del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Las Tres Personas son iguales en la substancia y en los atributos absolutos, metafísicos y morales.
A pesar de que el término no se encuentra en las Sagradas Escrituras, las evidencias que demuestran la doctrina son, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, indiscutibles.
La palabra Trinidad la empleó Teófilo por primera vez en su forma griega; y, en su forma latina, la empleó Tertuliano.
El Credo Atanasiano se expresa así acerca de la doctrina de la santísima Trinidad: “Adoramos a un Dios en trinidad, y la trinidad en unidad, sin confundir a las personas, sin separar la substancia”.
FUENTE BIBLIOGRÁFICA: Claudionor Corrêa de Andrade, Diccionario Teológico: Con un Suplemento Biográfico de los Grandes Teólogos y Pensadores (Miami, FL: Patmos, 2002), 294.